⭕ Hay una frase de Albert Einstein que estoy buscando para citar de manera literal pero no encuentro 😎 y que me gustó mucho. Venía a decir algo así como que: 𝘭𝘢 𝘤𝘳𝘦𝘢𝘵𝘪𝘷𝘪𝘥𝘢𝘥 𝘦𝘴 𝘦𝘭 𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘥𝘦 𝘰𝘤𝘶𝘭𝘵𝘢𝘳 𝘵𝘶𝘴 𝘧𝘶𝘦𝘯𝘵𝘦𝘴.

Cada filósofo ha bebido de otros aunque no siempre lo ha admitido, hay casos muy llamativos que merece la pierna revisar y conocer.

💡 𝗟𝗮 𝗻𝗮𝘃𝗮𝗷𝗮 𝗱𝗲 𝗢𝗰𝗸𝗵𝗮𝗺 𝗻𝗼 𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗚𝘂𝗶𝗹𝗹𝗲𝗿𝗺𝗼 𝗱𝗲 𝗢𝗰𝗸𝗵𝗮𝗺: como mucha gente ya sabréis, «la navaja de Ockham» es un principio metodológico que establece que en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable. Por resumir mucho, este principio vendría a demostrar que Dios es el creador del mundo, siendo ésta la explicación más simple. Lo cierto es que fue Aristóteles, que sepamos, el primer autor que estableció este principio con la siguiente frase: «Podemos asumir la superioridad, en igualdad de condiciones, de la demostración que se deriva de menos postulados o hipótesis». Sabemos a ciencia cierta que Guille leyó a Aristóteles.

💡 «𝗣𝗶𝗲𝗻𝘀𝗼 𝗹𝘂𝗲𝗴𝗼 𝗲𝘅𝗶𝘀𝘁𝗼»: 𝗗𝗲𝘀𝗰𝗮𝗿𝘁𝗲𝘀 𝗻𝗼 𝗳𝘂𝗲 𝗲𝗹 𝗽𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗹𝗼 𝗱𝗶𝗷𝗼. Hay que decir que si bien, René, era un tipo humilde que no se las daba de nada, también lo es que se inspiró mucho y citó poco 😊 . Fue San Agustín, más de mil años antes, quien enunció la siguiente frase: «Quid si falleris? Si enim fallor, sum», «¿Y si te engañas? Pues, si me engaño, existo».

💡 𝗠𝗼𝗻𝘁𝗮𝗶𝗴𝗻𝗲 𝗻𝗼 𝗲𝘀 𝗲𝗹 𝗰𝗿𝗲𝗮𝗱𝗼𝗿 𝗱𝗲𝗹 𝗲𝗻𝘀𝗮𝘆𝗼 𝗺𝗼𝗱𝗲𝗿𝗻𝗼. Es una afirmación muy admitida y generalizada. Lo cierto es que Séneca fue pionero en este género, hecho que adquiere aún más relevancia si consideramos que Montaigne leyó hasta la última coma que escribió Séneca (que escribió mucho). «Cartas a Lucilio» no solo tiene la estructura de un ensayo moderno sino que bien podríamos considerarlo como un precursor de los libros de Autoayuda.