«Esto de liderar está chupado, trae pacá». Los escasos conocimientos sobre la conducta humana que tenemos en general, se hacen muy notables cuando toca hacer que un equipo de personas «haga cosas». Existe gente que piensa que no es tan complejo, que esto se reduce a decir frases que suenen bien, sonreír, y en un momento dado, sugerir amenazas y elevar el tono cuando piensas que la gente no hace lo que debe. El efecto Dunning Kruger, que es ese sesgo que nos hace sobreestimar nuestras habilidades en un determinado campo, sale a pasear.

¿Podemos ver señales para detectar esta situación?
Pues vamos a disparar algunos detalles que deben hacernos como mínimo sospechar:
- Reforzar y castigar conductas sin ningún criterio: la gente no sabe qué esperar, en ocasiones se muestra efusivo cuando cree que una reunión ha salido bien y al día siguiente no muestra ningún interés. Nadie sabe qué piensa ni cuando lo hace bien o mal.
- Ser impreciso y poner etiquetas: Decir «lo has hecho genial» o «tenemos que ser más proactivos» es no decir absolutamente nada. Si a eso le añades la utilización de etiquetas como «tímido» «agradable» «simpático» de nuevo, no estaremos diciendo gran cosa. Nadie del equipo entenderá realmente ni qué hace bien ni mal.
- Depender de la intimidación para que la gente haga lo que tiene que hacer: Esto se repite mucho y es uno de los mayores errores que podemos ver. Conseguir que la gente haga cosas bajo coacción o haciéndoles sentir mal es el mejor billete oara conseguir un rendimiento justo, aceptable, nada más. Desgasta tanto al que lidera como al subordinado, siendo una estrategia efectiva en el corto pero desastrosa en el medio – largo plazo.
- Pensar que su visión es la imperante: «Cómo que no sabes qué hacer, utiliza la cabeza» «Esto que has hecho no tiene ningún sentido» Estas frases son claros síntomas de que estamos ante alguien que no tiene ni idea de en qué consiste la conducta humana. La incapacidad de entender que el mundo que te rodea no eres tú es uno de los rasgos que más lastran los liderazgos a la hora de ser realmente efectivos.
Liderar con OBM (Organizational Behavior Management) es la manera de evitar todos estos rasgos y sobre todo de entender por qué son tan ineficaces a la hora de conseguir resultados y problemáticos cuando se trata de que tu equipo navegue en un mismo sentido.

