Que la evaluación de desempeño tal y como está concebida es desagradable para todo el mundo: para el que la hace, para el que la recibe y hasta para el departamento de RRHH, es un secreto a voces.
Puedes que sientas que tu evaluación de desempeño de este año va a ser un desastre, pero no te preocupes, mi pana, aún estamos a tiempo de arreglar esto. Vamos con algunos consejillos:

Pregunta a tu supervisor cómo te ve: si es una situación que te está haciendo sufrir o te preocupa, lo primero es tener una lectura real de la situación. Pregunta, no te cortes, lo peor que puede pasar es que te señale verdaderamente por qué no está contento con tu desempeño, es mejor saberlo. Eso sí, si utiliza palabras vagas o imprecisas, repregunta para concretar realmente en qué estás fallando.
Pregunta también qué tienes que hacer para mejorar: no te quedes en el punto anterior, debes seguir indagando para entender qué tendrías que hacer para que tu desempeño sea ideal. De nuevo, no permitas generalidades, repregunta hasta conseguir una respuesta entendible y práctica.
Mide lo que haces: si nadie lo está haciendo, puedes hacerlo tú. Encuentra alguna manera de medir tus mejoras tratando de concretar los aspectos que te han comentado en las conversaciones previas. Imagina poder tener un gráfico de cómo has ido mejorando de aquí hasta que te toque sentarte para tu evaluación de desempeño. Sería genial ir con datos ¿no?
Hay más aspectos que podríamos mencionar como tratar de participar más en las actividades que se propongan pero con los tres puntos anteriores ya podrías empezar a trabajar en mejorar tu evaluación de desempeño desde ya.
Recuerda que OBM (Organizational Behavior Managemet) es la tecnología que nos ofrece las claves para mejorar el rendimiento y conocerlo te ayudará tanto si tienes que liderar un equipo o formar parte de uno.
