LinkedIn está regada de frases motivacionales relacionadas con el liderazgo que suenan bien pero que realmente no dicen gran cosa (y ojo lo digo yo con mi sello Top Lidership akant de mor).
Ese tipo de frases no es algo que yo promulgue, no me parece que aporten gran cosa, pero tampoco es algo que no quiero ni creo que deba criticar. Sí, es cierto, hay gente que ha conseguido crear comunidades enormes a golpe de no decir gran cosa (según mi criterio personal), pero hasta para eso hace falta talento.
Para mí el error (o lo criticable) es otra cosa.
Antes de «Liderazgo conductual» esto se llamaba Freijosofía y hablaba de filosofía. Quizás algunas personas que me leéis recordaréis uno de los vídeos que le dediqué a mi admirado Diógenes el perro. Hay una anécdota (que podéis ver en este link) donde cuento cómo Platón definió al ser humano como «un ser bípedo sin plumas», Diógenes que sentía por el snob Platón un profundo odio de clase, decidió desplumar un gallo y soltarlo en la propia academia de Platón al grito de «ahí tenéis a un hombre».
Definir algo sin utilizar la RAE siempre es arriesgado.
Y tenemos entonces a mucha gente hablando sobre el liderazgo con enunciados del tipo «el liderazgo es…» pero lo que viene después no es una definición sino una palabra ambigua, poco práctica y que suele tirar de la emoción para tratar de remover algo en la persona que lee.
Realmente esas frases no concretan, no explican, aunque en ocasiones pueden dar la ilusión de que realmente quieren decir algo.
Yo utilizo OBM (Organizational Behavior Management) para explicar el liderazgo porque no conozco manera más práctica, efectiva y honesta de hablar y formar sobre algo que es complejo: cómo hacer que la gente haga cosas.
Cuando explico en un taller con ejemplos cómo se puede medir el desempeño, lo efectivo que es saber qué tienes que reforzar y qué no, la tranquilidad que supone para el equipo saber qué tienen que hacer exactamente para un desempeño adecuado, es ahí cuando la gente entiende exactamente que las frases motivacionales y la formación son dos categorías diferentes y es fundamental no mezclarlas.
Porque lo cierto es que, hasta el día de hoy, lo único que he encontrado que puede hacer converger la productividad y el bienestar de las personas es un enfoque científico.

