¿Por qué nos resulta tan atractivo hablar de dopaminas y serotoninas para explicar qué nos pasa?

Seguramente porque estamos rodeados de gente que divulga desde diversos campos: psiquiatría, psicología, coaching, neuropsicología… que han visto un buen filón en este tema para generar contenido supuestamente científico. Creo que hay un denominador común en todos ellos: ninguno comprende los principios de aprendizaje.

Claro, imagínate, cuando no conoces que ya hay unos principios científicos a los que acudir para explicar cómo somos, la idea de poder justificar que dices algo científico, es sumamente atractiva, recurres a neurocosas y parece que estás dando la capa de rigor que en realidad no tienes. Como suele decirse, no tengo pruebas pero tampoco dudas de que esto es así.

Ya me he vaciado bastante en este post de LinkedIn pero merece la pena decir algo más.

¿Qué más me da que hablen de serotonina? ¿en qué puede hacer daño que digan eso? Creo que hay varios factores que merecen crítica, empezando por lo más obvio: es mentira. Después de decir lo evidente, podemos añadir que son afirmaciones que podemos englobar en toda esa amalgama de propuestas que tratan de culpabilizarnos de todo. Qué sencillo, qué facil es sacar la brocha gorda, encender una cámara y decirle a la gente: «ya sabes lo que tienes que hacer para cambiar: cambia y punto» porque lo único que te pasa es que cortisol.

No sé si es por sentir que estoy envejeciendo por días o porque ahora estoy mucho más en contacto con esta problemática pero no puedo mantenerme al margen, siento que aunque me leáis cuatro, tengo que decir estas cosas que pueden resultar contraintuitivas, pero son la verdad: el contexto nos moldea, las contingencias van haciendo que cambiemos, a veces de manera gradual, a veces de manera exagerada, pero estamos en permanente cambio.

Cuando decimos que hay que mirar fuera, no es un posicionamiento para exculpar a la gente de lo que pasa o quitarnos el peso de la responsabilidad de nuestras decisiones, es el enfoque apropiado si queremos ser rigurosos a la hora de conseguir que la gente cambie.

Hipótesis de origen, hipótesis de mantenimiento, contrastar, probar, evaluar, no es un camino recto, no es 100% efectivo, pero es lo mejor que tenemos y consigue resultados maravillosos.