¿Qué es un castigo? La respuesta varía según a quién le preguntes.

Como conductistas, entendemos que nuestra definición de castigo difiere considerablemente de la percepción general que tiene la sociedad. Sin embargo, carecemos de una palabra alternativa, por lo que debemos usar «castigo» y aclarar su significado cada vez que la empleamos.

¿Es necesario actuar ante comportamientos problemáticos en el trabajo?

Sí, pero es crucial entender que solo existen dos enfoques para abordarlos: el castigo y la extinción.

También, hay que explicitar una verdad incómoda: algunas personas creen que infligir sufrimiento es una forma efectiva de cambiar comportamientos y lo hacen con frecuencia y sin miramientos.

A mí me viene algún ejemplo notable y seguro que a ti también. Es crucial entender que hay personas, acostumbradas a una posición de privilegio en el trabajo. Quizás antes no eran así, pero han aprendido a comportarse de esa manera.

Siempre insisto en esto: que un comportamiento pueda explicarse no significa que deba justificarse. De hecho, aunque cada situación es diferente, como norma general, suelo ser partidario de confrontar las situaciones más flagrantes. Tal vez porque lo he hecho en el pasado y he encontrado gratificante devolver parte de la incomodidad y el titubeo que uno puede mostrar ante situaciones que no ha vivido en su historia de aprendizaje. Piensa que confrontar puede resultar menos desagradable si lo vemos como una oportunidad para entrenar nuevas habilidades.

Sé que has venido para aprender sobre el uso del castigo y la extinción, pero primero necesitaba aclarar algunos puntos importantes como este: castigamos comportamientos, jamás personas.

Ni el castigo ni la extinción mejoran el rendimiento por sí solos; para ello, es necesario enseñar comportamientos alternativos que sean deseables para el trabajo que debe desempeñar la persona del equipo.

Venga, vamos con ejemplos prácticos:

Castigo: Podemos reducir la frecuencia de un comportamiento problemático (por ejemplo, extenderse demasiado en un correo a un cliente) sugiriendo a la persona si cree que puede expresar lo mismo en la mitad de espacio. De este modo, si la persona lo logra, no solo estaremos reduciendo la tendencia a escribir correos demasiado largos, sino que también la estaremos entrenando en un comportamiento incompatible con el comportamiento problema: escribir correos más concisos.

Extinción: Por definición, cualquier comportamiento que no se refuerza tiende a extinguirse. Por ejemplo, si alguien hace comentarios inapropiados (como sobre el físico de otras personas) y estos son reforzados con risas o comentarios que fomentan ese comportamiento, debemos intervenir. Si logramos que nadie se ría ni responda, es muy probable que, con el tiempo, la persona deje de hacer ese tipo de comentarios.

Por último, recuerda algo muy importante: solo sabremos si estamos castigando efectivamente una conducta si vemos que esta disminuye. Si no es así, deberemos probar otros enfoques.

Esto se trata de un conocimiento acumulativo; puedes equivocarte una vez, pero no dos.