Si quieres un resumen del vídeo, lo encontrarás aquí.

¿Cuántas veces nos ha pasado que alguien del equipo no hace las cosas como debería y echamos en falta herramientas para saber cómo abordar el problema?

Lo cierto es que lo más importante no lo digo en el corte de esta intervención: debes conocer bien a la persona que tienes delante. Si no dedicas tiempo a conocer a tu equipo, será difícil liderar adecuadamente.

A partir de ahí, debes ver cómo dar la instrucción, ya sea de manera pausada, subiendo el tono, siendo más directivo o más asertivo. Eso dependerá de la persona que tienes delante, y tú tendrás que adaptarte a eso si quieres tener más posibilidades de éxito.

Teniendo en cuenta esas consideraciones, tienes las claves de cómo hacerlo en este vídeo

Y sí, hay algo que seguramente escucharéis en otras intervenciones porque parece que no se entiende del todo bien: lo primero que debe suceder para tener la capacidad de influir en otra persona es que esa persona considere tus opiniones válidas. Hay gente que piensa que hacerse respetar es pegar gritos o transmitir miedo, qué error más grande. Alguien que te desprecia jamás hará lo que le pidas cuando no estés delante o vea que puede escaquearse.

Hay algo de lo que tengo muchas ganas de hablar y lo haré dentro de poco. Pudiera parecer que propongo un estilo de liderazgo paternalista, pero nada más lejos de la realidad. Si bien es cierto que a menudo utilizo ejemplos extremos para que se me entienda en pocas palabras, lo cierto es que lo único que hago es dotar de sentido a las interacciones. Reforzamos, castigamos e ignoramos comportamientos de manera indiscriminada. La propuesta OBM (Organizational Behavior Management) no es otra cosa que conseguir que entendamos lo importante que es la relación que mantenemos con nuestro equipo para conseguir los resultados que nos hayamos marcado sin que eso vaya en detrimento del estado anímico de las personas que conforman el equipo.