Cuando hablamos de motivación, es común escuchar explicaciones que se quedan en la superficie, como la idea de que debemos hacer lo que nos gusta o seguir aquello que nos produce placer. Aunque estas ideas pueden parecer intuitivas, son simplistas y no explican de manera adecuada la complejidad del comportamiento humano, especialmente en contextos como el trabajo. Para comprender mejor qué es la motivación y cómo fomentarla en un equipo, podemos recurrir a dos grandes figuras de la psicología: Edward Thorndike y B.F. Skinner.


Thorndike y la Ley del Efecto

Edward Thorndike, a finales del siglo XIX, investigó el aprendizaje en animales mediante experimentos con cajas-problema. Basándose en sus observaciones, formuló la Ley del Efecto, que establece que las conductas que producen resultados satisfactorios tienen más probabilidades de repetirse, mientras que las que llevan a resultados insatisfactorios tienden a desaparecer.

Thorndike asoció el éxito en estas conductas con estados mentales como el placer o la satisfacción, interpretando que estos estados eran la causa de los cambios observados en el comportamiento.

Sin embargo, esta explicación presenta limitaciones importantes. Asociar la motivación exclusivamente a estados mentales subjetivos como el placer reduce su alcance, ya que no considera cómo las condiciones del ambiente influyen en el comportamiento. Por ejemplo, en el trabajo, no siempre hacemos tareas que nos resultan placenteras, pero seguimos motivados porque sabemos que esas tareas conducen a recompensas significativas, como el reconocimiento o el logro de objetivos.


Skinner y el Condicionamiento Operante

B.F. Skinner, por su parte, adoptó un enfoque diferente. Propuso el condicionamiento operante, un modelo basado en la relación entre las conductas y sus consecuencias. Skinner demostró que el refuerzo (una consecuencia que aumenta la probabilidad de que una conducta se repita) es el mecanismo clave para comprender y modificar la motivación.

Además, Skinner enfatizó que no es necesario recurrir a conceptos mentales abstractos como el placer para explicar la conducta. En su lugar, nos invita a observar cómo el ambiente afecta las acciones de las personas.

Por ejemplo, en el trabajo, un equipo puede estar motivado no solo por realizar tareas que disfruten, sino por recibir refuerzos como:

  • Recompensas tangibles: bonos, aumentos salariales, beneficios.
  • Reconocimiento: elogios, retroalimentación positiva, visibilidad dentro de la organización.
  • Oportunidades de crecimiento: formación, promociones, proyectos desafiantes.

Motivación en el contexto laboral

Comprender la motivación desde esta perspectiva nos permite diseñar estrategias más efectivas para motivar a los equipos. Algunos pasos clave incluyen:

1️⃣ Identificar los refuerzos relevantes: Cada persona tiene valores y prioridades diferentes. Para algunos, el reconocimiento público es muy motivador; para otros, puede ser el acceso a nuevas oportunidades de aprendizaje.

2️⃣ Establecer relaciones claras entre conducta y consecuencia: Los refuerzos deben estar directamente vinculados a las conductas deseadas. Por ejemplo, si un empleado mejora la calidad de su trabajo, es crucial que reciba retroalimentación positiva de manera inmediata.

3️⃣ Crear un ambiente que fomente el comportamiento deseado: Skinner destacó que el ambiente es fundamental. Esto significa diseñar entornos laborales donde los empleados tengan acceso a los recursos necesarios para tener éxito y donde se refuercen las conductas que contribuyen a los objetivos del equipo.


Conclusión

La motivación no es simplemente hacer lo que nos gusta, como planteaba Thorndike en su interpretación inicial. Es un proceso mucho más complejo que involucra cómo las consecuencias de nuestras acciones influyen en nuestra disposición a repetirlas.

Siguiendo a Skinner, entendemos que la clave está en el diseño del ambiente y en el uso estratégico de refuerzos. Al aplicar estas ideas en el trabajo, podemos motivar a los equipos de manera más efectiva y construir entornos donde las personas se sientan comprometidas y productivas.