He superado la cuarentena y me he quedado alguna vez embobado (vergüenza de mis hijos) pasando historias de Instagram cual adolescente, en muchas me decían que dejara de ver esas historias y me pusiera a hacer cosas productivas. ¡Oh, vaya paradoja, qué intranquilidad!

¡Estamos tirando la vida por el retrete!

⏳ Estoy de acuerdo en que el sentimiento de que no aprovechamos la vida es general y muy real (nada que objetar al asunto) pero hay algo que siempre me chirría de esas historias rápidas e hiperestimulantes: hay una información muy valiosa que omiten.

⌚ Todas las personas «de éxito» que aparecen en esos vídeos motivacionales: deportistas, cantantes, empresarios están rodeados de lujo, OK, pero nadie te dice «Fulanito está forrado pero ve a su hija tres veces a la semana 15 minutos antes de acostarla».

🔕 Cuando uno se pone a hacer deporte, a estudiar, a emprender, debe valorar también todo lo que va a perder. 𝗘𝗹𝗲𝗴𝗶𝗿 𝗶𝗺𝗽𝗹𝗶𝗰𝗮 𝘀𝗶𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲 𝗿𝗲𝗻𝘂𝗻𝗰𝗶𝗮𝗿. 𝗣𝗼𝗿 𝗲𝘀𝗼 𝗲𝗹 𝗰𝗮𝗺𝗯𝗶𝗼 𝗱𝗲𝗯𝗲 𝘃𝗲𝗻𝗶𝗿 𝗽𝗼𝗿 𝗰𝗼𝗻𝘃𝗶𝗰𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝘆 𝗱𝗲𝘀𝗽𝘂𝗲́𝘀 𝗱𝗲 𝘃𝗮𝗹𝗼𝗿𝗮𝗿 𝗽𝗿𝗼𝘀 𝘆 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗿𝗮𝘀.

🎻 Esos vídeos con música instrumental y una voz hecha con #inteligenciaartificial son, siendo generoso, material prescindible que solo sirve para que la gente se frustre, cuidémonos de compartirlos.

Mejor comparte #FreijoSofia, sis ¿qué onda con eso?