Amosaver, pereza no, no me digas eso. Bueno sí, dímelo, que si no dices lo que piensas, no voy a saber qué te impide acercarte a un conocimiento que te asegura un método efectivo para liderar.

Yo creo es fácil saber si esto es para ti o no. Hazte la siguiente pregunta ¿te gustaría conocer una tecnología que puedes aplicar para mejorar el ambiente y conseguir resultados? ¿unos conocimientos que te ayudarán a entender mejor a tus hijos, pareja…? Puede que digas que no, por lo que sea, porque no te gusta liderar y eso no tiene nada de malo, si lo dices, tendría sentido por tu historia de aprendizaje.

Si la respuesta es que sí te interesa, voy a contarte cosicas.

¿Por qué alguien hace algo? A veces vemos que pasan cosas, comportamientos que nos extrañan profundamente «no le pega nada haber hecho eso». Hemos aprendido que para encontrar las causas, solo hay que ver qué paso antes… esto no es del todo cierto, seguramente nos acercaremos mucho más a entender por qué lo ha hecho viendo qué pasó después, cómo se sintió, qué consiguió.

No vas a conocer ninguna manera de abordar el liderazgo más práctica que esta porque simplemente vas a analizar si el comportamiento aumentó, disminuyó o se quedó igual. ¿Parece sencillo? En realidad no lo es, pero es cierto que los principios son extremadamente simples.

No hay que esperar días, ni semanas, el efecto de aplicar esta tecnología es inmediata (está medido y probado, no es discutible), pero creo que eso no es su fuerte, al fin de cuentas, cualquier cosa que hagas diferente, tendrá algún efecto.

La fortaleza es que es un aprendizaje que te funcionará para siempre y cuanto más lo apliques, mejor se te dará. Piensa que el saber científico es acumulativo, incluso cuando te equivocas estás aprendiendo porque vas dirigiendo tus pasos por un camino que avanza. El problema de aplicar otros conocimientos conceptuales más laxos del tipo «hay que ser referencia para tu equipo» «hay que hablar con efusividad» «tu equipo debe saber que los apoyas» es que además de no decir nada concreto, si te equivocas, estarás de nuevo en el punto de partida y si aciertas, tampoco sabrás por qué lo has hecho.

No te insisto más, yo ya me lo sé, o mejor dicho, yo sigo estudiándolo.