Desde que profundicé en los principios de aprendizaje, he cambiado la manera de relacionarme con la vida en general en varios aspectos.

Para empezar, realizar tareas de investigación, donde clasifico interacciones entre Terapeuta – Paciente en intervenciones grabadas, hace que muchas veces encuentre CCRs (Conductas clínicamente relevantes) presentes en FAP (Psicoterapia Analítico Funcional) en conversaciones con cualquiera de mis hijos o incluso con desconocidos y me pare a observar con detalle si estoy castigando o reforzando lo que quiero (no me pasa siempre, claro, pero llevo un tiempo que no lo puedo evitar).

OJO, ese conocimiento no lleva consigo que yo esté exento de días malos. Mi conducta sigue gobernada por ese condicionamiento clásico – operante y precisamente por eso, sé, que aunque cuento con un buen andiamaje para aguantar muchas cosas, no estoy exento de caer, como no lo está nadie, en función de las cosas que me pasen.

Total, que esto se me junta con experiencias profesionales y aquí vuelve el mundo de la empresa…

Los objetivos tienen que ser SMART ¿Cómo es posible que nadie diga a las claras que ahí falta una letra y que esa letra es la más importante para conseguir esos objetivos que queremos lograr? Digo que es la más importante porque es el motor, lo que nos mueve, lo que mantiene la acción y no aparece por ningún lado.

¿Dónde están las consecuencias? ¿Pero qué pasa si se consiguen? Alguno dirá que eso es un extra, se equivoca, tiene que estar definido en el acrónimo SMART porque tiene incluso más peso que el resto de letras. Parece que lo que cuesta es definir objetivos y las consecuencias de su cumplimiento (si las hay) se dejan para el final, se dan de manera general, una cantidad «razonable» de dinero y listo. Qué error más grande.

Hay que saber de conducta para entender que los reforzadores que se dilatan en el tiempo, pierden mucho poder reforzador y si encima se dan a lo loco, e igualan desempeños, es posible que tengan el mismo efecto a la hora de conseguir los objetivos que el que no haya absolutamente nada.

Si quieres un taller sobre cómo hacer una evaluación de desempeño, cómo establecer objetivos o conseguir un mejor ambiente de trabajo, usando el conocimiento adquirido en laboratorio sobre la conducta, ya sabes donde encontrarme.