Puede que pienses que hay algo malo en ti, que deberías estar bien, que no es normal lo que te pasa, lo que piensas, lo que sientes… . Hay quien sufre porque piensa que una situación dolorosa que vivió en el pasado, le ha dejado una herida que no se ve. Esta confusión de lo que te pasa, lejos de solucionar nada, te enreda más.
Lo maravilloso de trabajar desde el análisis y modificación de la conducta aplicado es que precisamente empieza por ahí, por dar una explicación de lo que te pasa porque TODO lo que haces y sientes, tiene una explicación. Por eso, el trabajo empieza antes de la sesión, hay que rellenar formularios con una orientación clara: formular una hipótesis de lo que te pasa lo antes posible.
Comprenderte, es el primer paso para cambiar.
Así que sí, puede que tardes 45 minutos en rellenar esos formularios pero es la manera de que evitemos en gran medida alargar innecesariamente el proceso.
Una vez estemos de acuerdo en que la hipótesis que te formulo es adecuada, pasamos a explicitar qué es lo que queremos conseguir y ahí veremos qué emociones, pensamientos, acciones, hay que modificar para solucionar lo que te pasa y a partir ahí arranca esto👇
Ensayamos, repetimos, lo llevamos a la vida real, lo analizamos, ensayamos, repetimos, lo automatizamos, vemos resultados y en pocas sesiones… empieza la magia.
La similitud con Tyson no es metafórica, los principios por los cuales Tyson aprende esos movimientos son exactamente los mismos que utilizaremos para parar una rumia, mejorar tu autoestima, hacer que la voz deje de temblarte en las reuniones, o encontrar lo que te mueve en la vida.
Por eso el análisis de la conducta aplicado también sirve para liderar o para educar a tu descendencia o para cualquier cosa que tenga que ver con el comportamiento.

