Tenía yo pensado el tema de la semana y llegó el debate de Jordi Wild. Mira que sé que tengo que centrarme en hablar de lo que muy poca gente ha estudiado en España: OBM (Organizational Behavior Management), pero estas cosas me resultan demasiado apetitivas.
Así que empecé la primera intervención en mi nueva sección hablando de algo que casi todas las personas hemos tenido la suerte de experimentar: el inicio de una relación amorosa.
Lo primero que me vino a la cabeza para explicar en qué consiste la sensibilización es un recuerdo que tengo muy anclado a la niñez: tocar las antenas de un caracol. Es un estímulo que creo, evoca emociones en mucha gente. Cuando tocas las antenas a un caracol te das cuenta de cómo repitiendo el roce en sucesivas ocasiones va provocando la variación de la conducta del caracol. Cada vez es más lento, acorta el movimiento, es maravilloso entender que el mecanismo detrás de esa conducta es el mismo que hace que pierdas el culo por alguien al principio de una relación.
He querido sacar a la palestra desde el principio a mis grandes referentes (aunque hay muchos más): Benjumea y Freixa porque aunque no les conozca de nada, les aprecio. Es ese sentimiento raro del que hablaba Einstein en su biografía donde afirmaba que no le hacía falta conocer personalmente a los autores de los libros que apreciaba para considerarles amigos.
Y sí, soy conductista y tenemos mala prensa, algunos confunden el conductismo metodológico watsoniano con el radical skinneriano y otros directamente han oído campanas y no saben dónde. Las explicaciones a nuestras emociones desde el análisis de la conducta no siempre son comprensibles pero son fieles, rigurosas y huyen de los constructos tautológicos (circulares) del tipo «es tímido porque no se relaciona…» «no se relaciona porque es tímido…». Podemos aplicar la lógica circular de esta etiqueta a practicamente cualquier diagnóstico. Necesitamos entender qué nos pasa, el nombre que le pongamos es secundario.
Mr Tartaria se equivoca pero el problema es más complejo y diverso. Hay gente que se piensa que una reacción fisiológica que han etiquetado como «sentir mariposas en el estómago» significa que sienten «amor» y es posible que conozcan a alguien maravilloso y al no tener esa reacción en su cuerpo creen que entonces no sienten amor ¿entendemos el problema que puede suponer relegarlo todo a etiquetas y constructos?
Los conductistas (o yo que soy un intento de conductista) tenemos que decir lo que sabemos que es verdad aunque choque, aunque nos critiquen, aunque nos digan lo que sea.
Yo voy a seguir caminando por esta senda que no solo es la más rigurosa sino también la más honesta.

